ARDE EL CABARET

Y vinieron las siguientes palabras:

-Hoy me toca ir al GAM…

Cada vez que digo o pienso en esa pequeña frase, mi cerebro reacciona con lo siguiente: ¿Por qué continuamos invisibilizando a Gabriela Mistral? Lo hicimos con sus poemas, lo hicimos con su Nobel, lo hicimos con su trabajo en la educación, lo hicimos en… y ahí un etcétera que, de seguro, ustedes pueden completar.

Pero, en fin… Al parecer ser honesto es algo peligroso. Si buscamos su definición en algún diccionario se asocia a lo decoroso, al recato, lo razonable y también a la probidad; adjetivos que, aunque no lo parezca, pueden herir susceptibilidades, incomodar o simplemente dañar relaciones existentes. Sin embargo, era lo que necesitábamos en esos días donde se acabó la dictadura y retornamos a la democracia. Pero esa necesidad nunca ocurrió y es lo que la obra Colicídio nos señala.

Colicídio de Jimmy Daccarett (dirección y dramaturgismo) nos muestra una ficción desarrollada en un país en proceso de apertura y reparación que fue sólo la prolongación de esa “alegría” que nunca llegó. La obra nos cuenta la historia de la artista trans chilena Brandy CeSoir quien retorna desde Francia a inicio de la década de los noventa para convertirse en la nueva jefa de un bar LGBTIQ+, imponiendo sus reglas a un grupo de reticentes empleados. Ante su triunfal debut como estrella de la noche recibe las visitas de una fantasma: Rita, una travesti detenida desaparecida en dictadura, quien anuncia visiones sobre el futuro sexodisidentes en Chile.

La comedia y la tragedia tienen el mismo objetivo aunque sus métodos varían. Por ejemplo, la tragedia se puede entender como el momento cuando se rompe una varilla por una fuerza violenta. En la comedia se rompería esa misma varilla, pero para lograrlo se movería de arriba abajo repetidamente hasta que ésta, sin violencia, queda dividida en dos. Colícidio hace lo segundo. Entre risas vamos abordando un tema que hasta el día de hoy se discute y a veces se cuestiona: la identidad sexual, su aceptación y los prejuicios.

Apenas me siento en la gradería veo un telón de fondo que nos hace presente en una casona antigua y con ciertos aires de grandeza. Unos biombos con la mezcla de los rostros de los personajes y otros plateados con un hueco donde podemos ver sólo el rostro del actor, es todo lo que se necesita en escena, además de una mesa y tres asientos, para adentrarnos en el mundo del bar o cabaret que rige Brandy CeSoir. Las actuaciones de este elenco de ocho actores que bordea con elegancia lo maniqueo, es atractiva y además acompañada por canciones, interpretadas por ellos mismos, entre coreografías, que hacen al público llevar el ritmo con los pies y salir de la sala con más de alguna canción dando vueltas en sus cabeza. Por supuesto, esta mezcla no nos deja indiferente, permitiéndonos entrar en la ficción de manera grata y entretenida.

La honestidad, tanto consigo como con el otro, es el peligro que deben afrontar estos personajes. Aceptar su homosexualidad, sus enfermedades y sus deseos son unos de los pilares de la obra. Sin embargo, el reiterado uso y utilización, incluso en el final, del “deus ex machina” (agente externo que mueve la ficción) produce una cierta repetición e imposibilidad para los personajes, produciendo un descanso o comodidad en estos, ya que sus destinos no están en sus manos o palabras.

Colícidio, una sátira paranormal con elementos de thriller, musical y melodrama, propone entre risas, bailes e intriga un mundo inolvidable que no acaba de morir o no termina de nacer y que merece ser vista por todo tipo de espectadores incluso a los que sus temas les podría incomodar.

Y yo les digo:

​- Ahora… ¿Vamos al GAM?

FICHA ARTÍSTICA:

Dirección y dramaturgismo: Jimmy Daccarett. Dramaturgia: Pablo Dubott. Elenco: Lorenza Quezada, Freddy Araya, Soledad Yáñez, Nibaldo Maturana, Jorge Ortiz, Paulina Moreno, Esteban Cerda, Tomás Riveros. Asistencia de dirección: Cristina Tàpies. Coreografías: Andrés Escobar. Composición musical y songwriting: Martín de la Parra. Diseño y realización de vestuario: Daniel Bagnara. Diseño de escenografía e iluminación: Javier Pavez. Caracterización: Camilx Saavedra. Coach vocal y coros: Nicole Vial y Aylin Córdoba. Mezcla y remasterización: Dante Sena. Realización escenográfica: amorescénico. Ayudante de caracterización: Diego Esquibel.  Gráfica: Guillermo Donoso. Fotografías: Ana Carolina Alba. Comunicaciones: Claudia Palominos, Genaro Villalobos. Producción: Macarena Araya Oviedo.

Por: MARIANO de la F. Licenciado por una Universidad. Hombre bajo, gordo y que muy pocas veces ríe con la boca abierta.

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