Normalmente se acostumbra decir que: “los tiempos no son los de antes”. O: “todo tiempo pasado fue mejor”. Sin embargo, vivimos pensando y planeando nuestro futuro en base a las experiencias vividas. A lo que creemos factible según el camino que hemos seguido hasta ahora, incluso el de nuestras familias y ancestros.
Muchas veces, sin notar el viaje que significa llegar a una meta o a un hito especial en nuestras vidas, esperamos… no sé qué, para realmente disfrutar.
La obra “Como volver al futuro”, con estreno y breve temporada en la sala Antonio Varas, del Teatro Nacional Chileno, nos invita a reflexionar sobre el tiempo, lo que hemos hecho con él hasta ahora y los recursos que nos ha entregado nuestra tierra para existir de manera gratuita, con aciertos, errores y virtudes.
Con un lenguaje sencillo en apariencia, pero muy profundo y reflexivo en el fondo, nos adentramos a la experiencia de esta puesta en escena, escrita por el dramaturgo Pablo Manzi y dirigida por Andreina Olivarí.
Lo primero que podemos destacar si pensamos en sus participantes: Diana Sanz y José Soza como protagonistas. Desde ya, ponemos expectativas sobre el peso que tendrán en escena. Con el oficio que tienen los actores de trayectoria, comenzamos el viaje a está jovial obra.
Es siempre un placer observar que no se necesitan más que 2 cuerpos presentes; en el presente, para que nos transmitan emociones y nos lleven a contextos sin necesidad de elementos externos. Es la magia del oficio que nos acompañó, con humor, maestría y naturalidad en esta obra, un trabajo del Teatro Nacional Chileno.
Sin estar catalogada de comedia, nos invita a reírnos de nuestra propia realidad y de la crudeza de ciertas conductas del ser humano. Nos traslada en época. Todo esto con pequeños raccontos representados por un elenco vivaz y ágil. Interpretaciones físicamente activas y con traslados rápidos.
El espacio escenográfico, nos mueve desde la atemporalidad, al pasado y al presente, nos traslada de época, acompañado de manera muy coherente con los vestuarios. Se sintetiza en un cuadro con los elementos en conjunto, haciéndolo lúdico y entretenido, para sostener el peso de la temática planteada. Con limpieza y precisión podemos comprender los códigos que nos quieren regalar. Innumerables planteamientos acerca de la perspectiva del tiempo, nuestro valor respecto a ese bien intangible, nuestros valores y cómo los seres creativamente y a conveniencia, somos capaces de ponerle precio a bienes tan preciosos como el agua, el aire. O el tiempo.
Una presentación que se hace liviana e intensa al mismo tiempo. Intensa por la diversidad de emociones por las que pasamos. Destacable es la risa. El humor que se genera cuando vemos frente a nosotros, lo absurdo de situaciones a las cuales nos exponemos, quizás sin conciencia de generación a generación. Naturalizar situaciones en que exponemos nuestra humanidad.
A la cabeza, la interpretación de Diana Sanz. Destacable por su fascinante capacidad camaleónica. Su naturalidad al llevarnos a visualizar el mundo interior a través de su cuerpo, voz y concentración, genera un magnetismo que emociona profundamente. Hace suyo este texto con propiedad y fuerza.
José Soza, espontáneo y profundo, complementa de manera perfecta el cuadro anterior, nos contrasta. Nos cuenta sin decir… lo que sabemos, a través de su expresión no verbal tan elocuente como sólo él sabe hacerlo.
El Elenco de actores secundarios destaca fuertemente por la disposición a la escena, a la interacción con el compañero. Al contraste y de interpretación en tiempos de hoy y ayer, con su lenguaje, memoria corporal y códigos de interpretación del texto.
Cada uno de los espectadores completa el cuadro, rescata o rechaza algún mensaje recibido en este texto que sin duda crítica esta sociedad y su afán de capitalización. Lo cierto es, que genera una reflexión, nos mueve internamente a cuestionarnos, conductas que, siendo habituales, no tienen por qué ser correctas.
¿El tiempo es tuyo o de alguien más que paga por él? ¿Puedes manejarlo?
Quedo con éstas dudas, pensando y viviendo en tiempos de compleja digestión.
FICHA ARTÍSTICA: Dirección: Andreina Olivari. Dramaturgia: Pablo Manzi Elenco: Diana Sanz, José Soza, María Paz Grandjean, Paloma Toral, Zarina Núñez, Marcelo Lucero, Tomas Henríquez. Diseño sonoro: Daniel Marabolí. Equipo de arte. Diseño integral: Zorra Vargas. Asistente: Isabelle Lastra. Realización escenografía: Taller Teatro Nacional Chileno – Taller Amorescénico. Pintura artística: Lauren Lemaitre. Realización vestuario: Javiera Labbé. Practicantes vestuario: Bastián Letelier – Francisca Araya

Por:María Inés Rios. Actriz y Bailarina.