MANOS QUE MOLDEAN BELLEZA

La obra “Malformados”, que es la primera creación teatral original del Taller Siglo XX Yolanda Hurtado, nos plantea el dilema de jugar a ser dios anteponiendo los yerros humanos en la búsqueda de un cánon transformador.


La historia nos instala frente a un médico cirujano plástico, Roberto Hoppmann, enfrentándose a la última etapa de su vida. Su especialidad es corregir malformaciones congénitas como parte importante de su trabajo. Hoy, frente a la problemática de la vejez y no ser útil para la sociedad, se cuestiona: ¿Qué sobrevivirá después de morir?
Si lo bello se consume masivamente y es aceptado por todos sin contrapeso, transformándose en un cánon, en un modelo; entonces está creada la necesidad para ir tras ella, para perseguirla obsesivamente como cáliz eterno, porque la ciencia persigue el bienestar cuando juega a ser dioses.
La obra está estructurada como una performance a modo de ponencia de un hombre que entregó su vida a corregir a otros y ahora, la anormalidad que busca corregir, lo acosa; persiguiéndolo desde una sociedad malformada que no tolera lo que está fuera de su normativa institucional.
El unipersonal interpretado por el actor y médico cirujano plástico Roberto Hoppmann, se dedica a hacer un recuento de su labor profesional y cómo ello transformó su mirada mientras perfeccionaba su especialidad en Francia; porque al intervenir aquí, cortar allá y levantar aquello, va gestando su propio Frankestein. Su propio demonio adquiere forma, voz y mirada intensa, al transformarse en un Pigmalión o Alter ego conocido como Doctor H.
El espacio escénico es un quirófano, un aula magna, un anfiteatro, donde el Dr. H; desnuda su profesión y, también, el alma. La malformación que creció en el lado oscuro del Dr H, adquiere una presencia que socava los éxitos pasados, instalando la duda como último paciente.
Por la estructura narrativa simple y directa que posee la obra, siendo tan solo un esquema expositivo para dirigirse a la audiencia, las complicaciones no son personificar un rol determinado ni en profundizar emociones extremas, ya que por las exigencias dramáticas antes mencionadas, es suficiente conocer el orden expositivo y cronológico del tema para su presentación. Entonces, la intención dramática que circula entre la aparición personificada de la belleza y la pesadilla, es la excusa adecuada para que el Dr. Hoppmann transite al inicio desde un tono didáctico-expositivo, a mostrar el daño que ha causado en su motricidad fina, aunque lo oculte, el ejercicio de su profesión, concluyendo con niveles de frustración que lo atormentan y se hacen presentes cada vez más seguido con crisis de pánico.
Pero sin lugar a equívocos, lo más importante y siendo el resultado de sus dudas actuales, es reconocer el fracaso con pacientes trans. Ya que resulta insuficiente la maestría adquirida con los años para dar respuestas satisfactorias a pacientes que buscan cambio de sexo.
Situación que la ciencia se ha reconocido inútil en dar luces de resolver adecuadamente las dicotomías de género, a la par de los éxitos que ha obtenido en las operaciones y trasplantes; ya que la herencia genética, influenciada por la alteración neurocerebral, conlleva graves problemas identitarios, para intentar ser lo que se desea ser, no siéndolo.
Problemas de identidad forzado por la presión individualista, social y cultural que el sistema neoliberal ha exacerbado las libertades individuales, en desmedro de lo grupal, ha permitido el libertinaje en la investigación y, experimentación médica.
Como primer trabajo teatral del Taller Siglo XX Yolanda Hurtado, estando bajo la dirección escénica de Constanza Thümler ( Nahuelpan, presidente), el montaje contribuye con su novedosa y atractiva puesta en espacio, donde los espectadores esperan turno de atención; a enriquecer el teatro nacional en estos tiempos de urgencia social donde se lucha por transformar los derechos entre humanos.

FICHA ARTÍSTICA: Dramaturgia: Alexis Moreno. Texto ponencia: Constanza Thümler y Roberto Hoppmann. Dirección: Constanza Thümler. Elenco: Roberto Hoppmann, Mario Olivares y Rodrigo Velásquez. Diseño espacio: Marcos Guzmán. Diseño iluminación: Francisco Herrera Estay. Diseño de vestuario: Daniel Bagnara. Diseño sonoro: Hugo Alfaro Parra. Producción: Romané Guzmán. Asesor de diseño: Cristian Mayorga. Prensa: Claudia Palominos

Por: Guillermo Pallacán R.

Agregar un comentario

Your email address will not be published.

*