META: ambición y pierna fuerte.


La obra del director y dramaturgo Felipe Vera META, plantea en ésta su última pieza que el trabajo en equipo es destruido por las ambiciones personalistas. Algo así como el egoísmo adueñándose del deporte.
Ambición de ganar pese a las limitaciones físicas, la falta de talento y el cansancio producto del esfuerzo límite.

En la trama, tres ciclistas Edy, Noé e Ivo, compiten en dos vueltas consecutivas con la finalidad de ganar el Maillot de color amarillo y ser ungido como el mejor de la competencia. Ser el ganador es el objetivo, no importando el medio para conseguirlo.
¿Es factible pensar la obra como una analogía de la sociedad actual. Sociedad competitiva y cruel?
Puede intentarse hacer esa lectura aunque sobresale otra aún más nítida.
Lo básico en la obra es el esfuerzo de tres seres fracasados que, envueltos en rencillas menores, ambicionan un triunfo que no merecen ni se han preparado bien. Porque la obra instala en escena a tres seres anónimos y limitados que nunca han ganado nada ni nunca lo harán.
Entonces, la obra META habla de las ambiciones desmedidas de seudo-deportistas mediocres que viven de éxitos ajenos. Bajo esa óptica, la obra sí tiene su punto de conexión con los tiempos actuales debido al reciente éxito deportivo vivido en el país, y de cómo una turba de hinchas fanáticos sueñan con sus ídolos imitando sus logros y metas.
¿Cómo lograr el éxito deportivo? Primero que nada no siendo marionetas ni teniendo la cabeza llena de fantasmas. Y estos ciclistas en escena demuestran que son marionetas con la cabeza llena de fantasmas. Son débiles reventándose contra el piso a gran velocidad.
El autor Felipe Vera, en su anterior obra ROCHA; abordó el tema de los inmigrantes y su complicada adaptación a nuestra sociedad. En esa obra y en esta, Vera está demostrando que es un autor con una aguda sensibilidad para identificar las manchas que ensucian la ciudad exponiéndo las implicancias que impiden el desarrollo.
Esta misma temática deportiva como metáfora de la existencia, ha sido tratada en películas icónicas, tales como The Flying Scotsman, sobre la vida del campeón escocés Graeme Obree. La Bici de Ghislain Lambert, sobre la vida de un pequeño corredor belga. En la literatura, Los Forzados de la Carretera, de Albert Londres. Sixday Bicycle Races, el deporte de la época del jazz. En teatro, una obra cercana por el esfuerzo físico al cual son sometidos los personajes es La Maratón, de Claude Confortés; sobre tres corredores mediocres que en el país ha sido llevada a escena en tres ocasiones.
La puesta en espacio es una sutil coreografía siendo un logro que genera imágenes potentes, dando cuenta de las instancias dramáticas al cual están sometidos los deportistas en la ruda competencia. La iluminación es otro acierto que aporta un aura poético a los cuerpos exigidos por el constante pedaleo y esfuerzo sicológico en que se encuentran. La tensión narrativa sigue la estructura del circuito, armada entre la primera y segunda vuelta, en un constante rodar hacia la meta.
Pero también es el circuito donde vuelven los fantasmas a impedir la consecución del triunfo y, del éxito que está negado a seres egoístas y mediocres, incluyendo perder la mísera existencia que forjaron en un constante pedaleo.

FICHA ARTÍSTICA: Dirección y dramaturgia: Felipe Vera.Elenco: Nicolás Fernandois, Felipe Zambrano y Cristián Hormazábal .Diseño escénico: Flavia Ureta y Andrea Soto. Diseño sonoro: Héctor Quezada Jiménez. Diseño gráfico: Julio Cardenas .
Prensa: Claudia Palominos. Proyecto financiado por Fondart 2018. Producción: Carol Badilla. Asistente de dirección: Benjamín Villalobos .

 Guillermo Pallacán. Editor.

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